Donald Trump, quien asumirá la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero, anunció el lunes que impondrá un arancel del 25% a todos los productos provenientes de México y Canadá, así como un arancel adicional del 10% a las importaciones de China. Según el mandatario electo, la medida responde a preocupaciones relacionadas con la inmigración ilegal y el tráfico de drogas ilícitas.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reaccionó el martes calificando la decisión como perjudicial para la economía norteamericana. «Los aranceles anunciados provocarán inflación y pérdida de empleos en la región, y podrían ser respondidos con medidas similares», advirtió, dejando entrever posibles represalias comerciales.
Estas amenazas arancelarias representan un drástico ultimátum contra los tres principales socios comerciales de Estados Unidos y ponen en riesgo las relaciones diplomáticas y económicas de la nación antes incluso de que Trump asuma oficialmente el cargo. Los expertos anticipan que esta estrategia podría desestabilizar acuerdos comerciales clave y generar incertidumbre en los mercados internacionales.