La preocupación por un posible ataque nuclear ha aumentado en Europa debido a la autorización de Estados Unidos al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para usar misiles ATACMS en la región rusa de Kursk y a la llegada de soldados norcoreanos para apoyar a las tropas rusas. Aunque la amenaza nuclear no es nueva, las recientes decisiones estratégicas de las partes involucradas han avivado el temor entre las naciones europeas.
Esta serie de eventos ha generado alarma en varios países europeos, que han comenzado a tomar medidas preventivas. La situación ha despertado un debate más amplio sobre la necesidad de prevenir crisis globales y fomentar el diálogo internacional.
El Kremlin respondió de manera firme ante la decisión de Estados Unidos. Dmitri Peskov, portavoz del gobierno ruso, declaró en una rueda de prensa que esta acción supone una escalada en la participación directa de Estados Unidos en el conflicto. Según Peskov, la administración estadounidense saliente está “echando leña al fuego” y aumentando las tensiones en el conflicto en Ucrania.
Mientras tanto, los gobiernos europeos continúan implementando medidas para garantizar la seguridad y preparación de sus ciudadanos frente a un posible escenario de guerra nuclear, un panorama que, aunque parecía relegado a los temores de la Guerra Fría, ha vuelto a ser una preocupación real en el continente.