En la primera semana de la administración de Claudia Sheinbaum, la Secretaría de Hacienda ha dejado de aplicar los estímulos fiscales a la gasolina Magna por quinta semana consecutiva. Esta medida afecta directamente el precio que los consumidores pagan en las estaciones de servicio, ya que deben cubrir el 100% del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Por litro de gasolina regular, el impuesto es de 6.17 pesos, mientras que la Premium tiene un costo adicional de 5.21 pesos y el diésel de 6.78 pesos.
La decisión de no aplicar subsidios coincide con un contexto global de incremento en los precios del petróleo, en parte debido al conflicto en Medio Oriente, que ha generado incertidumbre en los mercados energéticos. Sin embargo, en México, los precios de las gasolinas se han mantenido relativamente estables, aunque esta estabilidad podría estar en riesgo si los costos internacionales continúan en alza, lo que llevaría a mayores costos para los consumidores y presiones inflacionarias en otros sectores.
Para el nuevo gobierno, la eliminación de los estímulos fiscales a la gasolina podría ser un primer indicio de un enfoque más estricto en las finanzas públicas. Esta medida también es una prueba de fuego para la nueva administración en cuanto a su capacidad de mantener bajo control la inflación y atender el impacto en los bolsillos de los ciudadanos, que ya se enfrentan a un panorama económico complejo.
