Lo que parecía el cierre de una carrera comenzó un nuevo capítulo memorable para Salomón Rondón en el futbol mexicano. El delantero venezolano, quien llegó a los Tuzos de Pachuca tras un discreto paso por River Plate, recuperó en México su mejor versión: goles, liderazgo y protagonismo.
Después de un año y medio con el equipo hidalguense, Rondón se despide del futbol mexicano para incorporarse al Real Oviedo, club recién ascendido a LaLiga de España y también parte del Grupo Pachuca. Su salida no fue una mera formalidad: el atacante quiso expresar su agradecimiento con una emotiva carta publicada en sus redes sociales, donde agradeció a la institución, la afición y sus compañeros por hacerlo sentir en casa desde su llegada.
Durante su etapa con los Tuzos, el «Rey Salomón» disputó 70 partidos y marcó 36 goles, siendo una figura determinante en la conquista de la Liga MX y la Concacaf Champions Cup. Más allá de sus logros deportivos, Rondón dejó una marca profunda dentro del vestidor: fue guía, mentor y referente para los jóvenes de la cantera, quienes encontraron en él un ejemplo de entrega y profesionalismo.
«Celebré títulos, goles y logros. Pero lo más importante fue haber sido su capitán», escribió Rondón en su mensaje de despedida. «Me hicieron feliz, y eso no se olvida fácil».
El delantero no solo destacó por su rendimiento en la cancha, sino también por su compromiso fuera de ella. Se involucró activamente en el desarrollo de los jóvenes, brindando consejos y acompañamiento, siempre con una actitud abierta y solidaria. Su liderazgo se forjó desde el ejemplo cotidiano, sin alardes, pero con constancia y compromiso inquebrantables.
La huella que Rondón deja en la «Bella Airosa» es imborrable. Su aporte goleador y su rol como capitán lo convierten en uno de los últimos grandes referentes del club. Su salida representa una pérdida significativa, pero su legado permanecerá.
«Algo mío se queda aquí», afirmó el venezolano en su despedida. Más que un adiós, Rondón dejó un profundo «gracias» que resonará por mucho tiempo en la memoria de la afición tuza.