A pesar del conflicto en curso y los bombardeos en la Franja de Gaza, cientos de peregrinos locales y extranjeros acudieron este año a la Ciudad Vieja de Jerusalén para participar en las celebraciones del Viernes Santo, bajo un fuerte dispositivo de seguridad.
“Estamos aquí porque amamos a Israel y a Jesús. Este año traje un grupo de 100 personas. Me dijeron que estaba loca por venir con tanta gente, pero nadie tiene miedo”, declaró a la agencia EFE Sueli Pasos, una brasileña radicada en Roma que dirige una agencia especializada en viajes religiosos.
Desde los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 y la posterior ofensiva israelí, el turismo religioso en Tierra Santa se ha visto gravemente afectado. La mayoría de peregrinos internacionales cancelaron sus planes el año pasado por motivos de seguridad.
Actualmente, las cifras de visitantes aún se mantienen lejos de los niveles previos al conflicto, según reportes oficiales. Sin embargo, la presencia de fieles este año refleja la persistencia de la fe, incluso en medio de la adversidad.