La Voyager 1, la nave espacial más distante jamás lanzada, continúa sorprendiendo al mundo. La NASA logró restablecer contacto, ya que había estado enviando datos incomprensibles desde noviembre de 2023. Lanzada en 1977 para explorar Júpiter y Saturno, la Voyager 1 superó sus objetivos iniciales al cruzar al espacio interestelar en 2012, convirtiéndose en el primer objeto de creación humana en alcanzar esta región desconocida.
Un elemento clave para su longevidad ha sido su fuente de energía: tres generadores termoeléctricos de radioisótopos (RTG), desarrollados en el marco del programa Átomos para la Paz del presidente Eisenhower en 1955. Estas “baterías nucleares” proporcionaron la energía necesaria para operar mucho más allá del alcance de los paneles solares, permitiendo que la nave funcione durante más de 46 años.
El reciente fallo en el Subsistema de Datos de Vuelo (FDS), encargado de recolectar y transmitir información, representó un gran desafío. Sin embargo, los ingenieros de la NASA identificaron y resolvieron el problema, lo que permitió recuperar la funcionalidad de la nave.
A pesar del desgaste del tiempo y la distancia, la Voyager 1 sigue enviando datos valiosos desde el espacio interestelar. La NASA espera que la sonda continúe operando algunos años más, manteniéndose como un símbolo de la perseverancia y de ingenio humano.