El exsenador republicano Marco Rubio juró como secretario de Estado, convirtiéndose en el primer integrante del gabinete del presidente Donald Trump en asumir funciones. La ceremonia fue dirigida por el vicepresidente J. D. Vance, quien destacó la importancia del nombramiento en un inicio de gobierno marcado por decisiones clave.
Rubio agradeció a su familia por su apoyo durante su trayectoria política y señaló que la prioridad de la política exterior de la administración Trump será «anteponer los intereses de Estados Unidos».
El Senado aprobó su designación con un voto unánime de 99 a 0, destacando el respaldo bipartidista hacia el exsenador de Florida, quien ha sido reconocido por su experiencia y capacidad para ocupar el cargo. Durante la audiencia de confirmación, la senadora demócrata Jeanne Shaheen elogió su preparación para liderar el Departamento de Estado.
Rubio, quien pasó de ser adversario político de Trump a uno de sus principales aliados, asumirá un papel clave en la política exterior de la nueva administración. En sus primeras declaraciones, subrayó la necesidad de poner fin a la guerra en Ucrania, criticando la falta de un «objetivo claro» bajo la administración anterior. «Lo que ha hecho Vladimir Putin es inaceptable, pero esta guerra debe terminar», afirmó Rubio, enfatizando que esta debería ser una política oficial de Estados Unidos.