La presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó esta mañana que el acceso a la salud es un derecho y no un privilegio. En su conferencia, destacó los avances del programa IMSS-Bienestar, que ya cubre a millones de mexicanos sin seguridad social formal.
El plan federal busca garantizar atención médica gratuita, medicamentos y especialistas en zonas donde antes no había acceso. De acuerdo con cifras oficiales, se han incorporado más de 200 hospitales y 11 mil centros de salud en al menos 23 estados.
Esta estrategia, que comenzó a implementarse con fuerza en 2023, es una continuación del proceso iniciado por el INSABI, pero con una estructura más centralizada, más control sobre los recursos y con personal contratado directamente por el IMSS.
Expertos en salud pública han advertido sobre los retos logísticos: distribución de medicamentos, déficit de médicos y saturación en algunas clínicas. Sin embargo, Sheinbaum defendió que los indicadores mejoran: menos tiempos de espera, más abasto de medicinas y mayor cobertura en zonas rurales.
Este modelo recuerda al Seguro Popular, eliminado en 2019. Aunque en su momento generó críticas, también dio cobertura a más de 50 millones de personas. Hoy el gobierno asegura que el nuevo modelo supera en eficiencia y control de calidad a cualquier intento anterior.
La apuesta de Sheinbaum parece clara: fortalecer el Estado como garante de derechos básicos. A medida que avancen los reportes trimestrales, será clave ver si este ambicioso plan se consolida o se topa con las mismas barreras del pasado.