Este miércoles comenzó en el Vaticano el cónclave para elegir al nuevo papa, con la participación de 133 cardenales procedentes de 70 países, en lo que se perfila como el proceso más diverso en la historia moderna de la Iglesia católica.
La jornada arrancó con una misa en la basílica de San Pedro, donde el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, pidió a los electores dejar de lado intereses personales y buscar un líder que promueva la unidad. “El mundo necesita un papa que despierte conciencias”, afirmó.
Tras la ceremonia, los cardenales se dirigieron a la Capilla Sixtina para iniciar las votaciones secretas, bajo estrictas medidas de aislamiento que incluyen la entrega de celulares y el bloqueo de señales de comunicación.
Del total de cardenales electores, 108 fueron designados por el papa Francisco, muchos de ellos originarios de países del sur global como Mongolia, Suecia o Tonga, regiones sin representación previa en este proceso. Su inclusión ha generado incertidumbre sobre el perfil del futuro pontífice, cuya elección será anunciada al mundo con la tradicional señal de humo blanco.