Foxconn, el gigante tecnológico taiwanés, ha anunciado la construcción de la mayor planta mundial dedicada a la fabricación de ‘superchips’ GB200 en México, destinados a Nvidia, la empresa estadounidense líder en el desarrollo de servidores para inteligencia artificial (IA). Este proyecto representa un paso significativo en la alianza entre ambas compañías, que fue anunciada en 2023 y forma parte de los planes para crear “fábricas de IA” que revolucionarán el procesamiento de datos a gran escala. Aunque no se ha especificado la ubicación exacta de la planta, el presidente de Foxconn, Young Liu, confirmó que la construcción está en marcha.
Estos ‘superchips’ GB200 pertenecen a la nueva generación de procesadores de Nvidia, conocidos como Blackwell, que han sido diseñados para ofrecer un rendimiento y eficiencia incomparables en tareas de inteligencia artificial. El vicepresidente de Foxconn, Benjamin Ting, destacó la enorme demanda de estos chips, lo que refuerza la importancia de la planta en México para satisfacer las necesidades del mercado. A pesar de un revés en la capitalización bursátil de Nvidia en agosto debido a rumores de retrasos, Foxconn ha asegurado que el cronograma de producción sigue según lo planeado.
La planta se ubicará en Jalisco, según confirmó el gobernador Enrique Alfaro, quien destacó que esta inversión posiciona a Jalisco como un centro clave de innovación en América Latina. La llegada de Foxconn, con su megafábrica, supone un avance importante para la industria manufacturera mexicana, consolidando al país en la producción de tecnología de punta. Esta noticia llega en un contexto de competitividad global en el sector de semiconductores, donde México se perfila como un jugador estratégico en la batalla entre Estados Unidos y China.
Además de su colaboración con Nvidia, Foxconn ya cuenta con una fuerte presencia en México, con plantas en Tijuana y Jalisco, y ha invertido millones de dólares en infraestructura para expandir su capacidad de producción en el país. La construcción de esta nueva planta no solo es una victoria para la industria tecnológica mexicana, sino que también refuerza la posición de México como un centro manufacturero en el continente americano.