El papa Francisco falleció la mañana de este lunes a los 88 años de edad a consecuencia de un derrame cerebral que derivó en una insuficiencia cardiaca irreversible, informó oficialmente el Vaticano.
A través de un comunicado, la Santa Sede detalló que el deceso ocurrió a las 7:35 horas en la Casa de Santa Marta, donde residía el pontífice.
El parte médico señala que Francisco presentaba padecimientos previos como bronquiectasias, hipertensión arterial y diabetes tipo II, y que entró en coma durante la madrugada antes de su fallecimiento.
Tras su muerte, fue revelado el testamento en el que el papa expresó su deseo de ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, específicamente en un nicho entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza. Indicó además que su tumba debía ser sencilla, al ras del suelo, sin ornamentos, y con una sola inscripción: Franciscus.
