El llamado Tren Ligero de Campeche, que iniciará operaciones formales el próximo 2 de agosto, ha generado fuertes críticas por parte de la oposición debido al alto costo de su construcción: 4 mil 200 millones de pesos por un recorrido de solo 15 kilómetros, lo que representa 276 millones por cada kilómetro construido.
La obra fue promovida por el gobierno estatal encabezado por la morenista Layda Sansores, como un proyecto estratégico para conectar el centro histórico de San Francisco Campeche con el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional. Sin embargo, el gasto ha sido calificado como excesivo, y sectores opositores acusan despilfarro y presuntos actos de corrupción.
En comparación, la Línea 0 del Metrobús de la Ciudad de México, prevista para este 2025 con una inversión cercana a 5 mil millones de pesos, contará con 46 kilómetros de recorrido, 76 estaciones y 196 autobuses eléctricos, frente a los 15 kilómetros, 14 estaciones y cinco trenes del proyecto campechano.
La diferencia ha levantado cuestionamientos sobre la eficiencia del uso de los recursos públicos, especialmente al considerar que la obra campechana tendrá menos alcance operativo y menor cobertura, pero con un costo por kilómetro tres veces mayor.
A pesar de las críticas, el gobierno de Campeche asegura que el Tren Ligero busca impulsar el turismo y la conectividad urbana, al enlazar los principales puntos de entrada a la ciudad con su zona patrimonial. No obstante, las dudas sobre su viabilidad y su alto presupuesto siguen generando debate a nivel nacional.