China ha dado un paso histórico en el desarrollo tecnológico al inaugurar la primera red de banda ancha 10G del mundo, una innovación sin precedentes que promete transformar la experiencia digital doméstica y acelerar el avance de ciudades inteligentes y tecnologías emergentes.
El despliegue inicial tuvo lugar en la ciudad de Xiong’an, en la provincia de Hebei, y fue desarrollado por el operador estatal China Unicom junto a la empresa tecnológica Huawei. Esta nueva red utiliza tecnología de Red Óptica Pasiva de 50G (PON), la cual permite aumentar drásticamente la velocidad de transmisión sin necesidad de reemplazar los cables de fibra óptica ya existentes.
Durante las pruebas, se registraron velocidades de descarga de hasta 9,834 Mbps, una velocidad de subida de hasta 1,008 Mbps y una latencia de apenas 3 milisegundos. Estos números reflejan una mejora tecnológica de proporciones gigantescas respecto a las redes tradicionales de 1G, que aún predominan en gran parte del mundo.
La red 10G no solo es relevante por su capacidad de transmisión, sino por su potencial para revolucionar industrias enteras. En el sector salud, permitirá cirugías remotas con retroalimentación en tiempo real y diagnósticos por IA con procesamiento instantáneo de imágenes médicas. En educación, se podrán implementar aulas virtuales inmersivas con hologramas y simulaciones interactivas.
Además, la iniciativa, denominada China Digital, tiene como objetivo instalar la red óptica de 10G en alrededor de 100 regiones chinas para 2025, consolidando al país asiático como un referente en conectividad avanzada y superando a potencias tecnológicas globales.
Con este lanzamiento, China ha superado a países como los Emiratos Árabes Unidos y Catar en velocidad de banda ancha, posicionándose como líder en la infraestructura de fibra óptica de próxima generación.
