Durante su primer encuentro oficial en Washington, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, respondió con firmeza al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al asegurar que “Canadá no está a la venta”, en medio de un ambiente diplomático relajado.
La declaración se produjo en la Casa Blanca, donde ambos mandatarios sostienen negociaciones encaminadas a revisar los aranceles comerciales impuestos por Estados Unidos y redefinir la relación bilateral.
Trump reaccionó con comentarios en tono de broma, afirmando “nunca digas nunca” y expresando su afecto por el país vecino con un “me encanta Canadá”. Incluso, llegó a señalar que su preferencia sería que Canadá se integrara a Estados Unidos.
A pesar de las declaraciones, ambas partes buscan avanzar hacia un acuerdo comercial que beneficie a sus respectivas economías.